martes, 30 de octubre de 2012

Noche de canto


Una mujer, bajo esa luz, sus dedos sobre las cuerdas. ¿Como no caer?... Fui un idiota, ella una diosa. Durante cuarenta minutos mi mundo perdió su eje y la luna no brillaba. Mi voz dormía en las profundidades de mi garganta, o acaso solo se escondía. Mis pies no eran míos, y su tierra me  arrastraba. Era inútil pelear. Eramos ella y yo, y yo y mi mismo, y ninguno se atrevía a hablar.
Mi papel no era el de asomarme a su luz. Desde que que pronunció su primera sílaba mi destino estaba escrito; mi vida ahora pendería de un hilo fino de recuerdos. Recuerdos que duraran horas y horas, que solo fueron cuarenta minutos. Sus ojos ya no eran más suyos, solo no eran míos. El mundo iba a poder gozar de la vida después de este acto, pero para mi esta era la muerte, y después de ella no habría más nada.
Desesperado, irritado, escuché las primeras notas. Belleza. Nunca un sonido me fue tan doloroso. Cada vocal que desaparecía dejaba en mi la melancolía de la certidumbre de que nunca más volverá. Nunca más podré abrazar aquel acorde, ni cantar con ella sus versos. Fue mi primer encuentro con una sirena, una que no necesitaba del mar para hacer tragar mi alma. Ella tan viva, yo tan demente. Fue un baile, fue una película. Fue, quizás, una plaza en verano. Fui yo sin poderme nombrar.
La primera canción había terminado. Mis aplausos ni siquiera se acercaban a la velocidad de mis latidos. Tomó un sorbo de agua. Sentí mi garganta ardiente. Su mano ya posaba de nuevo sobre la sexta cuerda, y mi cabeza se volvía a recostar bajo la guillotina. Me era imposible salir corriendo, ya no había salvación. Las luces se fueron apagando. Sentí el frío corriendo bajo mi piel. Sí, estaba comenzando de nuevo.
Fue otra batalla. Una operación de cuatro minutos. Todos aplaudieron, y yo, idiota, mortal, nada podía hacer más de unirme. Gritaron todos, pero yo no podía. Sonreían algunos, se levantaban otros. No yo. Yo ya no estaba para ellos, ni ellos eran más que sombras para mi.
Descansé. Diez largos segundos de paz, de viento. La ansiedad buscaba volver a la superficie. Corrí mis pelos de la frente sudorosa. Una vez más, era mi fin.
Seis veces morí aquella noche. Seis guerras perdidas. Seis serán mis pesadillas. Infinitas mis torturas.
Fui un idiota, ella una diosa. Prendieron las luces y cerraron el telón.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Mi bondi y ellos



Es solo otro viaje, solo otro bondi, solo otro día. Pero no puedo parar de preguntarme. De preguntar.
¿Quién será aquel señor que acaba de cruzar?.. Debe llamarse José, o tal vez Nestor. Sí, bien podría pasar por Nestor. ¿Porqué cruzara? ¿Porqué no querrá quedarse en esa vereda?.. ¿Porqué usa camisa?
¿Y ella? Esa nena. ¿Qué será de ella? ¿Cómo será su casa? ¿Cómo la trataran sus padres?... La llamaré Martina. Por estos próximos 2 segundos por los que pasará al lado de mi colectivo, ella será Martina. Me pregunto si en 20 años le miraré el culo. Y, en esos 20 años, ¿tendré una mujer?, ¿Me retará por mirar a la joven que acaba de pasar?.... Pobre Martina, la causa de una disputa entre una pareja de adultos, y ella ni siquiera lo sabe.
Acaba de cruzar un señor de bigotes franceses y un saco marrón. Ricardo. No hay duda, ese es un Ricardo. ¿Habrá mirado a los árboles en aquellos tiempos en que sus padres lo llevaban a la plaza? ¿Podrían esos mismos ojos que veo ahora, distraídos por el reflejo del sol sobre el asfalto, haber presenciado otro continente?  ¿Habrá visto Europa? ¿Habrá leído a Camus?
Un mensaje. "Ya llegué, te espero en la esquina". Fascinante. Una persona a la cual no veo, está esperándome a mi, en un lugar en el cual no estoy. ¡A mi! Todas estas cuadras llenas de misterios que voy recorriendo, y en mi destino, al cual no tengo la certeza de llegar, ya hay una persona esperando. ¡Ya hay alguien! Antes no estaba, y yo tampoco, y en instantes estaremos los dos. Y Ricardo habrá cruzado Corrientes y Callao, y Martina habrá besado a su muñeca en Scalabrini Ortiz y Camargo. Y yo los vi. Y en unos años me preguntaré que habrá sido de la camisa de Pedro... ¿O era Nestor? ¿Porqué será que Nestor siempre parece frustrado cuando lo recuerdo? ¿Lo habrán despedido?.... Quizás debería hablar con Ricardo. Él sí que parecía un señor dispuesto a ayudar a la gente con unas palabras. Quizás Martina algún día sea su alumna...
Ese hombre que está sentado detrás mío me esta irritando. Siento su mirada en mi nuca. ¡Imbécil! ¡¿Acaso no ve que Martina no podrá ir a la facultad?! ¡¿No se da cuenta que nunca escuchará una clase de Ricardo?! Que idiota. Sin duda es Julian. O a lo mejor Lucas. Estará yendo a tomar una cerveza con su novia. Pero apuesto a que no sabe que ella le está por despachar. Sí. Pobre Lucas. Pobre e ignorante Lucas. O quizás Julian.
Ahí está el puente. Me paro y apreto el botón. Lucas me mira fijo. No lo veo, pero lo sé. Y Ricardo ya llegó a su casa, y Martina está llorando en su cama. Por su parte Nestor estará haciendo las compras; tan típico de él.
*bzzzzt*
Bajo a la calle. ¿Quién lo hubiera dicho? No hay nadie en la esquina.

sábado, 30 de junio de 2012

Nada

Quisiera ser fuego. En vez de escribir quisiera ser. No tener noción de aquel cartel que dice Av. Raúl Sclabrini Ortiz  0   20. Que un tacho de basura no sea para mi, y que una brisa de viento en el costado equivocado no me duela. Que tantas mariposas volando no lleven en sus alas libros, y que todas estas veredas no caminen a mi alrededor.
Tan solo ser, y luego no ser. Romper para no arreglar, y crecer para no llorar.
Otra vez miré la luz desde una esquina equivocada. Otra vez la luna me pareció más que una piedra gigante. Volví a caer en mis propias trampas, y probablemente lo vuelva a hacer mañana.
Los antónimos me aniquilan. Placer-Displacer, soledad-multitud, son grupos a los que no quisiera pertenecer, de los que me gustaría volar, como un viento, mirarlos desde arriba, soplar mi consuelo sobre sus hombros, y seguir en mi camino olvidando lo que ví. Sin aprender; El aprendizaje mata.
Ver a todos parados mientras mis rodillas se doblan y mi cabeza da vueltas, esta pelicula ya la viví, y sino puedo ser el director, no quiero tener nada con ella.
"Como deseo estar entre tus manos, y vivir junto a vos", son palabras que no me interesan. "Vos" no existis, vos sos solo una esperanza por ser algo, pero no lo sos. No sos, y por lo tanto yo tampoco. No podes ser mía, nada puede ser mío; no tengo, solo atrapo y suelto, y vos ya fuiste muchas cosas, pero nunca te voy a dejar quedarte. Vos sos yo, y nunca te quise.
Tengo miedo de decir adiós, y me pudrí de decir hola, y es por eso que no quiero decir más..

sábado, 5 de mayo de 2012

Cuantas luces


Que noche tan linda.
Hay millones de personas doblando esquinas en mi mente, cruzando, hablando, quizas gritando. Y aca, silencio. Hermoso. Las luces de las calles son tan lindas, tan atractivas. Pequeñas llamas, pequeñas estrellas, testigos mudos de tantas historias, de tantas vidas. Que honor ver sus brillos sobre mi cuerpo, que alegría la de poder tenerlas hoy solo para mi. De todos los pares de zapatos que caminan y corren debajo de ellas, día tras día, hoy son mis pies, descalzos, los que descansan en su alfombra dorada, descansan y duermen, duermen y sueñan. ¡Que burlonas son ustedes, hermosas luces! Me rodean, me atan, se ponen sobre mi pecho solo para recordarme que no las puedo abrazar. Ustedes, que a todos miran desde arriba, que fueron creadas por un misterio, que existen por sobre todo, entre el todo, haciendo del todo un ser, que tristes se deben sentir. Cuantas lágrimas derramadas habrán reflejado, cuantos besos habrán iluminado, cuantos despedidas, cuantas alegrías,  cuantas vivencias, cuanto vivieron ustedes, sin ser vidas.
Que noche tan linda.
Hacía años que no hablaba con ustedes, faroles de luz. Tanto ha cambiado, tanto se ha ido, pero ustedes siguen acá. Aunque en mi cabeza haya tanto murmullo, aunque mis oídos tiemblen de tanto ruido, ustedes seguirán acá por muchos años, ustedes estarán acá para hacer girasoles de mis ojos, para callar mi mente de problemas, para hacer dormir mis pies.
Que noche tan linda, para mi. Algún día también llegara su noche.

domingo, 11 de marzo de 2012

El peligro latente

Papa, ¡¿como pudiste?! ¡Nunca me advertiste sobre esa clase de hombres!
¡Mama! ¡¿Porque nunca me contaste sobre esas horrendas personas que andan sueltas por las calles?!
¡¿Como es que aun siguen libres?!, ¡¿como puede ser que nadie los haya encerrado?!, puesto en un manicomio, una carcel, ¡un pozo! ¡¿Como pueden seguir impunes?!
No logro recuperar mi aliento. Vine corriendo, escapando, incredulo, impactado por los horrores. Mi inocencia fue violada, mis pensamientos destruidos. Estallaron en coro mi rabia y mi miedo. Mi impotencia despertó mi humillación. Pero, ¡¿Como podía reaccionar?! ¡Nunca me prepararon para una situación de este calibre! Siempre me dijeron que estaría protegido, feliz, que nunca tendría que mirar a mis espaldas. ¡¿Y ahora?!
¿Es que no entienden? ¡Me saludó! ¡Y yo sin saber siquiera quien era! ¡"Buenos dias" me dijo! ¡"¿Como le va?"!.. ¡¿Como es que nunca fui entrenado para eso?! ¡¿Porque a mi?!
.. Nunca quise ningun problema con nadie. Pero este hombre.. ¡Por dios!.. Yo solo quería llegar al trabajo.. Es todo lo que quería hacer.. Y ese hombre.. ¡Ese monstruo! Me agarró desprevenido.. "Buenos dias".. ¡Pero si no te conozco! Me quiso asesinar, ¡Estoy seguro! Nadie saluda, nada es gratis. Me volteé justo a tiempo, el hombre siguió caminando, pero si me hubiera descuidado, ¡Dios mio! ¡¿Que horror habría pasado?! Tuve que correr. Simplemente no me quedaban opciones.
Mi jefe se enojara, espero que no me despida. Pero le explicaré lo que pasó. ¡No fue mi culpa! ¡Soy una victima! ¡Tuve que proteger mi vida, mi santidad!
Ahora ya todo pasó.. No se preocupen, Papa, Mama, a pesar de no haber estado del todo preparado, ¡han criado a su hijo muy bien! Pude correr, ¡Pude escapar! El hombre malo quedó atras. ¡A mi no me robará! Yo ya estoy en mi casa, ya cerré la puerta con llave, nadie puede entrar, nadie va a entrar, les escribo esta carta desde la religiosa seguridad de mi hogar, solo para relatarles los peligros y desafíos de las afueras, de la lejanía de la gran ciudad.
¡Ahora debo despedirme! ¡Mañana tengo que trabajar!
Adiós.

jueves, 8 de marzo de 2012

Del viaje

Mientras mi tren baja por estas montañas, no puedo para de pensar:
Hojas verdes nacen sobre tierras ya muertas de muertos aun vivos. Nuestro plateado refleja miserablemente a esa piedra blanca que ilumina nuestras noches azules. Tambien nosotros imitamos pobremente a unos viejos mimos que, sin palabras que decir, ejercieron sus fuerzas para hablar. ¡¿Quien lo diría?! Estoy viajando a la tierra de la que los pajaros huyen volando; Neurotico, hambriento, voy corriendo para despertar a la "gente despierta".
Me levanto para encontrarme de nuevo en el tren. El piloto se ha tirado a los rieles, las lustradas vías se volvieron a oxidar; Me pregunto si alguien parara esta maquina. Y si no, me pregunte si podré separar mi vagón...
... ¡Que vivo voy a estar en ese cementerio!.. ¡Que despierto me voy a dormir en esa cama!...

miércoles, 8 de febrero de 2012

¡Hace cuanto..!

Hoy pasé por la tormenta. ¡Hace cuanto no llovía en mi cabeza! ¡Que felicidad me da sentir mis sentidos mojados por esas emociones que pensé muertas! No es alegría lo que siento, ¡es vida!
Mis ojos pasaron por un desierto, años y años, ni una gota de agua. Mi garganta se estaba consumiendo de la sequía; Hasta mis manos estaban adormecidas. La niebla que obstruía mi camino, esa densa masa de nada, esa vaga sensación de olvido que acariciaba mi pelo pidiendome que vuelva a la cama, ha desaparecido. No sé que vendra despues, no sé si mañana volverá, pero hoy puedo respirar, hoy no tengo que dormir ni soñar. ¡Que lindo es poder volver a salir de paseo, en una clara noche de verano, por los callejones de mi mente! ¡Cuanto hacía que la luna no iluminaba mi piel tan dulcemente!
El silencio, una bella melodía que es ahora solo mía, baila a mi alrededor, me saluda, me abraza, y yo le respondo en su idioma, siempre sonriendo.
Ya me había olvidado de este lugar. La nostalgia me eleva y rompo en llanto; no caen mis lagrimas, pero eso no importa, ya llegaran, no hay apuro.
Mis piernas se rinden, se cansaron de caminar. ¡Pero ya llegué! ya di otro paso adelante, y mi plaza esta a la vista. Puedo descansar; hoy fue un buen día, ¡hoy llovió! Y ya parece estar saliendo el sol..